LAS MÁQUINAS DE DA VINCI SE VAN DE SEVILLA

Todo gracias a Melzi. El amigo, el discípulo, el cegado admirador. Heredó la mayoría de incalculables dibujos, estudios, planos, inventos, pensamientos y enigmas de los años de genio del florentino Leonardo Da Vinci. Con gran celo nos hizo llegar su legado. Y Sevilla tiene hasta el día 20 del presente julio para poder observar de cerca algunas de sus máquinas y pinturas más destacables.

La Casa de la Ciencia culmina en estas semanas una exposición compartida desde enero bajo el título de “Los inventos de Leonardo Da Vinci”, en la que atrae la atenta mirada de los sevillanos con fieles reproducciones a escala de algunas invenciones que revestían el sinónimo de profecías en aquella época, como fue el paracaídas, la bicicleta o el tanque.

Leonardo nace en 1452, a sólo veinte años de Miguel Ángel, a treinta de Rafael. Tríada con la que suele identificarse el concepto de Renacimiento. Y aquel curioso e inquieto hombre, que rumia ideas, que juega con lo imposible, que sueña crear lo que no ve, destaca frente a lo común y colectivo, más allá de sus fronteras y su tiempo. Tiene hambre de conocimiento. Todo es importante. La anatomía, la música, las matemáticas. Su abanico de interés se despierta desde la botánica a la pintura, las armas de guerra y el diseño de ciudades. Quiere más. Comprender.

Relacionar ideas, conocimientos e intuición fue su talento. Y Sevilla puede aprehender ese espíritu del eterno alumno. A raíz de voluntarios culturales y profesionales de la Fundación Sophia, la muestra contiene catorce maquetas de madera, lona y cuerdas, con alta exactitud respecto a los originales; un busto en base a su último autorretrato conocido; una reproducción de la Mona Lisa; paneles didácticos y bilingües; y un antojadizo libro que condensa toda la obra pictórica de Leonardo.

La oportunidad se despliega de martes a domingo, en horario de 10:00 a 21:00 horas. Los precios son muy modestos, pues oscilan los 2€ o incluso 1€ si se adquiere la entrada general al museo. Además, los sábados se desarrolla “El vuelo de la mente”, un taller de inmersión en los pasos de Leonardo, por su tiempo y sociedad, con juegos y explicaciones para los más pequeños.

La fascinante mente de Da Vinci nunca se agota. Posicionarse desde sus ojos enriquece matices, define utopías y ciega de admiración. Ya apuntó que “sumergir las cosas en la luz, es sumergirlas en el infinito”. 

Sevilla, a 4 de julio de 2016.
Alberto Revidiego