Sigo sin explicarme el poder de las palabras.
Nos hacen ver cosas que no están frente a nosotros. Conocer a los que no existen. ¿Alguien se ha parado a pensarlo? Incluso los lugares y seres que existen no son los que el papel sostiene. Se desdobla la realidad. Empezamos a sentir bajo la piel emociones que no nos corresponden. Se invoca de manera artificial al entusiasmo y la tristeza. Todo el abanico emocional, de hecho. Y la acción surge desde la más absoluta quietud.
¿Es esto natural?
Por supuesto que no.
El lenguaje escrito es, si acaso, el logro más importante de la Humanidad.
Una de las formas más puras de magia que aún coexisten entre nosotros frente a las turbulencias de lo pragmático y tangible.
Todo artesanía.
Dentro de esta fascinación, leyendo con arrojo, bregando por juntar con cierta coherencia símbolos negros sobre el blanco, voy reuniendo en este apartado proyectos relacionados con la escritura.
Cualquiera que lo desee tiene libertad para explorarlos.
Me alegra poder compartirlos y fomentar este respeto a la Literatura.
Alberto Revidiego