El éxito de la proyección de The Goonies en Sevilla de la mano de Youfeelm se fundamentó en los honestos fans que se resisten a dejar atrás su infancia.
Siempre seremos niños. Niños de veintitantos, de la treintena nebulosa o de la tribu de los cuarenta. Al menos mientras podamos seguir viendo películas como The Goonies, una proyección que encapsula ese sentimiento de aventura e imaginación que todos identificamos con aquellos emocionantes años y que volvieron a regurgitar en los espectadores que asistieron ayer a su proyección en la gran pantalla de Avenida 5 Cines.
<<Hemos vendido casi toda la sala>> comentaba con un sonrisa la taquillera, media hora antes del reestreno treinta años después del original, recordando que es de 1985. Y el río de gente desembocaba en el hall del cine, entre comentarios nostálgicos, camisetas conmemorativas y algún que otra mirada de impaciencia, pues no todos los asistentes habían tenido el privilegio de haber visto la película con anterioridad. Nunca es tarde si la dicha es buena.
El evento, fomentado y patrocinado por Youfeelm y Yelp, había sobrepasado con creces ese mínimo para hacer realidad un evento más en la capital andaluza, y como recompensa regalaron palomitas a todos aquellos que lo habían hecho posible. Todo un detalle que, minutos antes de abrir las puertas de la sala, permanecían intactos en las manos de los fans, reservando el ritual para el cómodo asiento y la oscuridad del trayecto hacia el más tierno pasado.
Con una amabilidad excelsa que agradecí, comentaban los espectadores que, a pesar de ser una película que habían visto una treintena de veces, siempre merecía la pena, y habían apostado por la iniciativa. Y pensaban seguir haciéndolos, pues la mayoría eran reincidentes de los eventos orquestados por Youfeelm. Pero ese caso merecía un delicado abrazo social, era parte de la infancia de la mayoría. <<Quién no la ha visto aún no tuvo infancia>> llegaron a bromear, orgullosos de seguir de nuevo a la banda de Mikey, Gordi, Data y compañía.
Ante la pesquisa de cómo conocieron el evento, la curiosidad siempre se incrementa ante la diversidad de orígenes. Varios lo conocieron por la página de Facebook de “Vuelven los Goonies”, a pesar de haber publicado la noticia de la proyección con tan sólo 24 horas de antelación. Otros se informaron por amigos a través de Twitter, algunos por algún anuncio publicado en algún comercio de la Alameda sevillana, hubo quien conoció el evento gracias a este diario digital, El Megáfono de la FCom, y unos últimos por conocer directamente a promotores y trabajadores del cine. Una algarabía de puntos de partida con un mismo fin compartido. Y bien felices que estábamos del encuentro.
Una vez abierta la sala, poco se tardó en ocuparla y preparar la logística alimenticia necesaria para gozar de esos 111 minutos. Recibimos con atención la presentación del evento por parte de uno de los socios fundadores de Youfeelm, Raúl Díez, quién estuvo ejerciendo de anfitrión por el recibidor del cine hasta el último minuto de acceso, saludando a conocidos y ayudando en lo posible desde su afabilidad arrojadiza que le era tan natural, que desde aquí le aplaudo.
Pues todo estaba dicho. Fuera luces. Arranca la máquina del tiempo. Envídianos H. G. Wells.
Ver la película en versión original subtitulada fue algo diferente, que la inmensa mayoría de los presentes no habían experimentado jamás. Por lo que escuchar las voces originales aportaba incluso una susurrada intimidad entre ese mundo sempiterno dentro de la pantalla y todo aquel dispuesto a dejarse llevar.
La risa y el aplauso lanzados desde las butacas confluían con las logradas escenas de Richard Donner, como director, y Steven Spielberg, como creador de la historia. Fue un lujo, que pronto deseamos que se repita con algún otro clásico. Antes de empezar la película, me había comentado mi vecino de butaca, un joven que estaba en Sevilla por motivos profesionales y al día siguiente se marchaba, que, para él, esta había sido una gran sorpresa de despedida de la ciudad. No la había visto desde que tenía doce años. Estaba emocionado. No conocía a la empresa promotora. Ya no olvidará seguirle la pista.
Una vez terminada la proyección se cerró el evento con un gran aplauso y un murmullo constante entre reincidentes y recién estrenados en el filme. Yo había pactado con algunos de estos últimos buscarlos después de la misma para conocer de primera mano su valoración. Con una gran sonrisa me decían que eran del tipo de personas que, si la hubiesen visto con menos de diez años, se hubiesen puesto a diseñar los aparatos de Data con lo que tuviesen en casa, o hubiesen dibujado un mapa del tesoro para imaginar seguir un rastro con amigos. Hubo quien confesó que iban a por tarrinas de helado, tras ver a Gordi zampárselos. Y es que todos los personajes tienen su golpe de efecto entrañable. Aunque yo me quedaría con Bocazas.
Alguien llegó a comentar que, para lo lenta que puede ser a veces en comparación con las películas de ahora, tenía ese algo especial que atrapaba. Y debe ser cierto. Una esencia que nos facilitó la gente de Youfeelm y Avenida 5 Cines con la perspicacia de buenos cinéfilos.
Sevilla, a 25 de mayo de 2016.
Alberto Revidiego