PREÁMBULO DESDE EL CONTAGIO

Ante un escenario de pandemia mundial, con el estado de alarma decretado por el gobierno del país y un recorte de derechos por razones perfectamente comprensibles surgen los rebeldes civilizados. Todos los conocemos. Puede que seamos incluso uno de ellos. Estas personas, numerosas y sin bandera, se definen como aquellas que no queriendo asimilar la cuarentena, la respetan. Pero la respetan de puertas a dentro. En petit comité. Sin que se conozca. Porque su imagen pública, su posición frente a los demás, debe ser la del outsider, el antisistema. Aquellos a los que las normas se le antojan una exhibición de paternalismo innecesario. Tipos duros, mujeres indomables. El espíritu del punk. Todo, por supuesto, de cara al público. Porque saben que lo primero es combatir al bicho. Porque leyeron en una foto de internet eso de <<yo soy yo y mi circunstancia y si no la salvo a ella no me salvaré>> y le dieron like. Porque les gusta pensar en Spiderman con su cantinela de <<Un poder conlleva una gran responsabilidad>> y demás confesiones de la gran pantalla. Piensan en heroínas y héroes, en los libros que les inspiran. Las canciones que dicen aquello que sienten y no sabían expresar. Esa voluntad de resistencia cueste lo que cueste. Pero siempre evitando que se publique, que lo sepan los demás. Hay una imagen que mantener. Que quede en privado. Los rebeldes civilizados son aquellos que viven en el ridículo, que en apariencia se mofan del miedo del resto mientras, en silencio, tratan de recordar si cerraron bien la ventana para que no se les cuele el virus. No vaya a ser que una tos rompa su frágil armadura y descubran que son humanos. Incluso, más humanos que el resto. Y eso no puede ser.

Alberto Revidiego

Cuarentena , Sevilla, 2020

Colección
<<CUARENTENA, MIS COJONES.
Relatos para rebeldes civilizados.
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